miércoles, 28 de noviembre de 2007

El Paciente Típico ¿No Existe?


A pasos moderados se desvanece la imagen del paciente típico, el paciente que a diario se veía en los hospitales de nuestra República. Pero para que quede en nuestra memoria he aquí el perfil de un paciente típico.

En el caso de las féminas este era su perfil:
Llegaban al hospital con un bata puesta, desde su casa, era una bata que se compraba para cuando se enferme, y la guardaban.

Llevaba ella o su acompañante una toalla blanca, subraye la palabra blanca, porque de otro color no califica, al mismo tiempo en una fundita amarilla transparente un par de chinas peladas con la maquinita que le deja rayitas, además, un jugo de pera de lata, del néctar, exclusivamente, mas un paquete de galletas Hatuey, pero de las viejas, de las que venían en un papel transparente y traían 8 galletas.

Ya luego que eran internadas, se aparecía algún familiar con un convoy, para los que no entiendan, un convoy era un asunto de echar comida, de aluminio, que se pegaban por segmentos uno a otro. Ahí aunque tenia generalmente 3 compartimentos, solo traían sopa, pues eso es “comida de enfermos”

Los masculinos eran menos detallistas, ellos tenían un pijama nuevo guardado que se ponían solo si enfermaban, algo raro es que se podían quitar toda la ropa pero siempre los hombres se dejan puesto su reloj; “observa cuando vayas al hospital”
Cuando el hombre es el interno, hay que tener 2 camas pues la mujer amanece ahí a su lado, pero si es la mujer la interna, una cama es suficiente, pues a las 10:00 PM ya el hombre está en su casa.

Pero esto se está convirtiendo en cosa del pasado, pues el paciente típico ya no se ve por nuestros hospitales, y si los hay muy pocos son.