En la practica y el ejercicio diario de la medicina el nombre del paciente es un dato vital, por esto forma parte inicial del historial clínico, eso permite que el medico entre en contacto con nombres con tanta diversidad como las estrellas que adornan el cielo.
En mi experiencia y de algunos compañeros, he tenido que resaltar aquellos nombres que traen algún recuerdo, que recuerdan a un amigo, un familiar, pero también aquellos que desconcertan al escucharlo,aunque siempre respetando el derecho del paciente y la libertad que tiene cada persona de cambiar su nombre una vez tenga mayoría de edad, pero realmente siento que algunas personas fueron abusados o maltratados al ser declarados con ciertos nombres.
De los que he podido recordar de mi corta vida de ejercicio medico y algunos colegas, estos resaltan:
-Email (un jovencito)
-Lucifer (un recién nacido y fue confirmado por su acta de nacimiento, el archivista sugirió cambiarlo, su intención fue denegada)
-Primitivo (un señor, y en pleno siglo XXI)
-Marciana (ella es mi amiga, yo osaría cambiar su nombre)
-Yeto Nao (este es de nuestro País vecino)
-Bastarda (sé que no lo van a creer, pero cierto, una señora octogenaria)
-Estimada (me supongo que la quieren mucho)
Pero en fin, lo importante es que tomemos notas para que tampoco caigamos en el otro extremo, donde he visto padres ponerles nombres a sus hijos que ni ellos pueden pronunciar, nombres que mezclan el ingles con alemán, a mi entender.