martes, 29 de julio de 2008

El Desrizado, Sacrificio Social

Escrito por: EBONY LAFONTAINE (ebonylafontaine@gmail.com)
Hace muchos años que salí de la “trampa”, así le llamo al desrizado, que para otros es alisado, anteriormente la plancha, potasa o dependiendo la naturaleza del producto, será la denominación.
Un día cualquiera hice que me pasaran el “abejón” en su numeración más baja y así dije a Dios a la esclavitud de una moda impuesta que atenta con nuestra identidad, y que por demás, cuesta un enorme sacrificio económico y social.
Quién se desriza el pelo vive atado al salón de belleza o a una sombrilla, porque el desrizado no quiere saber de agua de lluvia; quién se alisa los moños, está sujeto a que le queme el cráneo y le salgan ampollas en el mismo (pican más que el diablo), siempre está con el miedo de que le tumben un moño y siempre le están apretando el cabello con múltiples “bombas” milagrosas o productos caseros a base de aceites que hieden a demonios. mas