miércoles, 15 de julio de 2009

El Medico Que No Quiero Ser...

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No quiero ser el medico que se fija solo en el papel, el que mira tu cartera y no tu rostro, el que piensa en el costo de la salud y no en los beneficios, el que acumula sus logros y trata de borrar sus faltas.

No quiero ser el medico que limita su servicio, el cuantifica su labor y las transfiere a sus finanzas, el que rechaza al pueblo y exalta la nobleza, el que olvida la jaqueca y recuerda la migraña.

No quiero ser el medico cuyos diplomas solo cuelgan de la pared y ninguno cuelga de su alma, el que ostenta placeres costeados con el sufrir de su gente, el que extiende el tratamiento y mejora sus ingresos.

No quiero ser el medico que recuerda el cuerpo y olvida el espíritu, el que hace diagnósticos y no sabe escuchar, el que prescribe por lo que un día aprendió, olvidando a diario que la medicina cambio.

No quiero ser el medico que reclama un lugar y un lugar no sabe dar, el que ejerce por trueque, el que no siente al punzar, que no consuela al fallar, rechazando a Hipócrates, olvidando a Esculapio.

No quiero ser el medico, el medico aquel, que estudiò por lo que quería, no por lo que debía, el que no consulta dudas, quien cree ostentar panasea, no importándome quien sea.

No quiero ser el medico, no Señor, no quiero ser…