Amo lo amplio de mi escritorio, y mi cómodo sillón, amo el ambiente creado por aire acondicionado, la permanente cooperación de un equipo de enfermeras, amo el paciente culto que explica con denuedo sus males, amo cumplir el horario y apresurarme a casa, amo la urbe, amo los llanos, pero sobre todo prefiero la medicina en el campo....
Cuando estoy en las comunidades quisiera nunca salir, permanecer donde aun hay compadres y comadres, donde la leche fluye de la vaca y no del contenedor, donde lo mas comodo es una silla de guano y como natural el ambiente, natural el corazón de los hombres, no así en las urbes, donde contamina el smoke hasta el mas noble semblante, y aunque no es comprobado contamina el corazón y sus nobles sentimientos, por eso amo la medicina, y amo el campo, amo la medicina en el campo.
